lunes, 4 de diciembre de 2017

Más cultura


El Lugar de la Memoria y Tolerancia
UNA OPCIÓN DE AYUDA A DIFUNDIR MÁS LA CULTURA
Un espacio para fomentar eventos culturales sin olvidar nuestro pasado
Interiores del Centro de Documentación e Investigación dentro del Lugar de la Memoria y Tolerancia.

La cultura es el activo más definitorio de una sociedad. Entendida como un conjunto de conocimientos generales o como las creencias y costumbres que caracterizan a una sociedad organizada, la conceptualización de la cultura engloba, también, desde una visión antropológica, el conjunto de manifestaciones que conforman las maneras de ser e interactuar en y desde una colectividad social.
El conocimiento juega un papel fundamental a la hora de determinar la naturaleza de una cultura porque para que ésta perdure es necesaria la transmisión de esos conocimientos, de esas creencias y costumbres, para que sean adquiridos y mantenidos por el conjunto de la sociedad.
La dimensión cultural consiste en el sistema de valores, creencias y formas de constituir mentalmente una sociedad, es decisiva en la producción y las formas de estas tecnologías clave de nuestros paradigmas. Por tanto, Internet no es solamente ni principalmente una tecnología, sino que es una producción cultural.
EL LUGAR DE LA MEMORIA Y LA TOLERANCIA: PARA NO OLVIDAR
El periodo de violencia terrorista que afectó a nuestro país es como una cicatriz en nuestra historia que muchos ciudadanos saben cómo la obtuvieron, pero otros tantos no saben cómo apareció. 
Este es el caso de una gran cantidad de jóvenes, incluso adultos. Ello en cuenta, la existencia del Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM) es esencial para conocer los eventos que causaron la muerte de 69,280 peruanos, la respuesta por parte del gobierno, las Fuerzas Armadas y movimientos ciudadanos y las consecuencias que generaron.
El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM) del Ministerio de Cultura, es un espacio de conmemoración y cultural, que presenta la historia de los hechos ocurridos durante el conflicto interno en el Perú, iniciado por los grupos terroristas, entre los años 1980 al 2000. 
Las repercusiones de las décadas de violencia deben ser entendidas como inevitable elemento constitutivo de nuestra identidad. Por ello, resulta fundamental dotar a la población del bagaje que le otorgue herramientas para ejercer un juicio crítico y objetivo hacia discursos violentistas y autoritarios que transgreden la ley y la integridad de la persona. 
El compromiso del LUM es mantener un enfoque plural, como principal fuente la diversidad de voces y rostros que experimentaron la violencia; promoviendo la memoria, impulsando el diálogo permanente en materia de democracia y derechos humanos; enfatizando la relevancia del acceso a la justicia y promoción de la inclusión y la tolerancia.
En un recorrido por tres pisos, los asistentes podrán reflexionar sobre lo ocurrido en el país y rechazar las ideologías violentas de Sendero Luminoso y el MRTA, la violación de los derechos humanos y entender el valor de la democracia y el Estado de derecho.
POR LA MEMORIA
Una de las principales exposición es Desaparecidos, una instalación a oscuras donde solo se escuchan los testimonios de quienes perdieron a un familiar víctima de desaparición forzada. En un cofre, se encuentran pequeños cuadernos que contienen imágenes de un desaparecido donde se representa la vida que nunca retomó. Al salir de esta sección queda una sensación de vacío pues resulta inevitable pensar que le pudo suceder a cualquiera de nosotros.
Otra sección relevante es Un pueblo, muchos pueblos a cargo del cineasta Héctor Gálvez. Explica los atentados en los pueblos de Putis y Uchuraccay (Ayacucho) y Puerto Bermúdez y Puerto Ocopa (Junín) y cómo estos pueblos han logrado recuperarse de la tragedia.
Gálvez menciona que el LUM es importante porque "sirve para acercarse y conocer un poco más sobre lo que vivió el país en esos años".
Luz Yangali es un testimonio clave en relación a la fundación del LUM. Su padre, Víctor Yangali, entonces alcalde de Huanta, y su madre, fueron asesinados por Sendero Luminoso en la puerta de su hogar, en 1987. Ella comenta, con la voz entrecortada por el recuerdo, que el museo es importante porque permite a las personas enterarse de lo que ocurrió en el país. Empero, manifestó su rechazo a que se le haya dado un espacio en la muestra a alguien cuyos padres fueron terroristas. No precisó a qué caso se refería.
Por su parte, Cirila Pulido, sobreviviente de la masacre de Accomarca, opina que el LUM permite que los jóvenes "conozcan sobre el conflicto armado en el Perú" y qué pasó. Ella cuenta que su madre y su hermano de ocho meses fueron asesinados por el Ejército en 1985.
Owan Lay, director del LUM, considera que la muestra es un espacio para la reflexión crítica sobre nuestra posición en la sociedad. Así, se puede entender nuestro pasado y presente y tener una posición de cara al futuro.
A través de videos con testimonios, infografías, recortes periodísticos, fotografías e instalaciones de arte, el LUM se convierte en un punto de partida necesario para conocer lo que ocurrió en el Perú. Una herida que no debe repetirse. Para nunca más olvidar.
Por todas estas razones, El LUM es considerado una gran fuente de cultura, para jóvenes, que ignoran la realidad del país en el pasado. La importancia de las redes sociales, además, permite que estos eventos culturales tengan mayor llegada y asistencia por parte de los usuarios de estas redes.
DATOS ADICIONALES
El LUM está abierto de martes a domingo de 10 a.m. a 6 p.m. Su dirección es Bajada San Martín 151, Miraflores (Al costado del complejo deportivo Niño Héroe Manuel Bonilla). La entrada peatonal es en la Av. El Ejército). Ingreso gratuito.
El LUM ofrece también exposiciones temporales, un centro de documentación e investigación y actividades culturales.


Puedes encontrar la agenda cultural del LUM en el mismo espacio, en su página web o en Facebook como Lugar de la Memoria y Tolerancia.



       







martes, 7 de octubre de 2014

Autosemblanza

Es difícil para una persona hacer una semblanza de alguien, y mucho más hacerla de sí misma. Hoy me hablaré en tercera persona.

Físicamente está demás describirla porque es lo de menos.

Liz es una mezcla de varias emociones por tiempos. Un día la puedes ver muy alegre -casi siempre- y otras veces aburrida con ganas de querer ir a casa y dormir. Es una de las cosas que más le agrada hacer: dormir, además de comer. Piensa que podría vivir el resto de su vida solo haciendo esas dos actividades. No le gusta mucho la rutina. Le aburre. Cada vez que puede hace un cambio en su vida, se aburre de los mismos amigos, del mismo lugar que frecuenta, excepto de sus padres, de ellos, jamás. Vive con los dos y los ama mucho, son su fortaleza, pues le dan lo que ella necesita, y no concerniente a lo material, sino al amor incondicional, aunque no sean perfectos, para ella son los mejores.

Por cierto, trabaja desde ya varios meses en un restaurante de comida rápida, y le van bien. Aunque ya llegará el día en que se aburrirá y se irá a otro lugar, como siempre. Tiene un perro al que adora, otra pequeña y vieja a la vez que la acompaña desde hace 13 años, pero de tanta edad no es tan juguetona como el loquillo de Blacky.
Estudia Comunicaciones porque era lo que más le gustó de todas las carreras universitarias desde antes de salir del colegio. Postuló a San Marcos, pero no alcanzó el puntaje, así que optó por entrar a Federico Villarreal, que, resultó siendo mucho mejor en esa carrera que en la otra universidad. Ella lo que en sí quería era Comunicaciones, no le importaba la universidad.

Y es así que a Liz, le puedes pedir un consejo, si está de humor, claro. De otra manera te puede mandar a rodar con una simple risa o restándote importancia. Cuando recién conoces a Liz, tienes que tener mucho cuidado porque no te brinda su confianza muy rápido. Tiene que pasar un tiempo corto para que conozcas la verdadera Liz. Es tímida en un principio, pero luego podrás conocer cómo es.

Su vida se resume, ahora, en estudiar, trabajar, comer, salir, reír y disfrutar cada día.

domingo, 21 de septiembre de 2014

¡QUÉ BORGES!

Aunque tenía un carácter difícil, conocido por periodistas y colegas, Borges fue uno de los escritores más importante del siglo XX. Jorge Luis Borges nació un 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires-Argentina y murió el 14 de junio de 1986 en Ginebra- Suiza. Era un hombre soberbio y muy irónico, sobre todo irónico, al momento de dar declaraciones a los periodistas. Cualquier persona tenía cierto temor ante la respuesta del escritor, pues tenía la costumbre de contestar de manera burlona hasta ofensiva, aunque él no lo reconocía.

En sus obras tenía inclinaciones a escribir cuentos ensayos y poemas, con tendencias de aspectos políticos, fantasiosos o anecdóticos. Borges empezó su vida literaria desde los 4 años, pues a esa edad ya sabía leer y escribir y a los 7 realiza su primera escritura: La visera fatal. Mientras crecía, también crecía en el ámbito literario. Cada obra le salía mejor que la anterior. Los años siguientes de su vida fueron llenos de éxitos y elogios.

A pesar de estar nominado muchos años para ser el ganador del Premio Nobel de Literatura, nunca logró obtenerlo por conflictos políticos en los que estuvo involucrado. Vivió en Argentina gran parte de su vida y viajó a Suiza para acompañar a su padre al tratamiento que iba a realizarse por la ceguera que padecía. Más adelante esta misma ceguera es la que le limitará a él a seguir escribiendo, pues también la sufrió. Ya con 86 años, Borges muere en Ginebra-Suiza por cáncer hepático y enfisema pulmonar.

martes, 9 de septiembre de 2014

HERMANN BUHL: UN HOMBRE Y UNA MONTAÑA

En 1953, el alpinista alemán Karl Herrligkoffer fijó sus ojos en el Nanga Parbat.  El mejor hombre de su equipo era Hermann Buhl, un austriaco, de 29 años, considerado como uno de los escaladores de Europa y especializado en escaladas de velocidad y en solitario.

Luego de un mes de arduo trabajo, el grupo no había alcanzado más que el campo IV, a 6.150 metros. En finales de junio, los partes confirman la proximidad del monzón, y Herrligkoffer ordena la retirada. Cuatro de los alpinistas no le hacen caso, entre ellos Hermann Buhl, a los que el aviso les ha cogido en el C-IV. El 30 de junio el tiempo mejora. Ya para el 2 de julio instalan el campo V en la arista este, a 6.900 metros de altitud. Esa noche Kempter y Buhl  deciden salir hacia la cumbre. A las dos de la madrugada, la hora que había acordado previamente, sólo se despierta Buhl, resuelto, parte en solitario.

La escalada se hace cada vez más exigente y el cansancio empieza a hacer mella. Amanece y, en un hueco en la nieve, Buhl decide dejar la mochila, confiado en estar de vuelta por la tarde.  Continúa sólo con la cantimplora llena de infusión de coca, un puñado de píldoras de Pervitina (anfetaminas), el piolet, los bastones y la cámara.
A las dos de la tarde alcanza la depresión entre la antecima y la cumbre principal, a 7.820 metros. La sed y el hambre lo atormentan. Recurre al Pervitin y se toma dos tabletas para afrontar las últimas dificultades técnicas. Una tras otra las va superando mientras pasan las horas. Su objetivo no va más allá «de los diez o veinte metros» que alcanza su vista; cada dos por tres se desploma agotado.

Al poco rato de iniciar el descenso, pierde un crampón. Busca un lugar para pasar la noche. Apenas encuentra una pequeña repisa donde no se puede ni sentar. Cuando amanece retoma el descenso. Entonces Buhl tiene una sensación extraña. Sentía que no estaba solo, que alguien lo perseguía, lo observaba y lo cuidaba. No sentía miedo, pues esa sensación, al menos, hacía que se sienta acompañado.

Pasado el mediodía recupera la mochila vacía. La sed le quemaba, la lengua se le pegaba al paladar, tenía la garganta agrietada. Cae, se queda dormido, pierde la noción del tiempo. Sabe que ante otra situación similar, no sobrevivirá. Recurre de nuevo al Pervitin. Convertido en un despojo humano, y sólo espoleado por la droga, sigue bajando hasta alcanzarlo por fin. Cuarenta y un horas después de haber salido del campamento V, donde sus compañeros lo daban por muerto.


Quedaba todavía un pequeño descenso por los casi desmantelados campos de altura hasta el campo base y el mal tratamiento de sus congelaciones, que le costarían dos dedos de los pies. Cuatro años después, Bulh protagoniza otra de las páginas más bellas del himalayismo, al lograr la primera ascensión al Broad Peak con Kurt Diemberguer. Días después intentan en alpino el cercano Chogolisa de 7.654 metros, donde desaparece al fallar un cornisa en medio de la tormenta.

Pequeñas entradas

Palacio de los Deportes de Madrid

Cuando cierran la puerta, crece en ella la extraña sensación de que cientos de cámaras la están grabando. Que su imagen, caminando a tientas en una habitación sin muebles, es perfectamente visible para cientos, miles, decenas de miles de personas que no le quitan ojo. Se inquieta pero no pierde los papeles. Entonces las luces frías de la estancia titilan, tiemblan, se estremecen y así ella consigue ver la celda en la que está. Encerrada, sólo encuentra una explicación a no poder compartir su voz con el mundo exterior. Demasiados aciertos en la ruleta. Cuando no hay errores crece la desconfianza. Demasiado talento para el mundo real.

Cambio de escuela

Estaba absolutamente feliz. Volteaba a buscarnos entre la multitud para asegurarse de que estuviéramos viendo que lo había logrado. Había terminado preprimaria.

Mi buena suerte


No siempre se tiene suerte y hay periodos en los que la suerte está, literalmente, al otro lado de la ciudad. Y uno es como aquellas casas destruidas y abandonadas en medio de la calle, ante las que solo queda preguntarse: ¿Qué ciego rayo de la fortuna vino a caer sobre los habitantes de esta casa?, y alejarse en seguida.

domingo, 24 de agosto de 2014

No lo ví

Un día normal. Con pequeños rayos de sol que iluminaban el patio del local central. Justo en el centro del patio, armaban y desarmaban columnas con toldos para una celebración de los 34 años del Centro Cultural.

Debía quedarme a culminar una tarea pendiente, fue así que me dirigí a la biblioteca. Mientras caminaba pude observar que había mucha gente afuera de los salones, como normalmente no se ve. Además de la presencia de muchos docentes, que seguramente asistirían a la celebración del Centro Cultural.

Unas horas después, apenas salí de la biblioteca podía escuchar una fuerte música, sonaba salsa. Cuando regresé al patio central, había muchas luces, un escenario muy lindo y amplio para las presentaciones que se darían. Ya era tarde y me tenía que ir. No me podía quedar a ver las presentaciones.